La pizarra digital se adapta mejor que un PC a los métodos tradicionales de enseñanza debido a que el profesor puede ver a los alumnos y mantener una estrecha vigilancia de la clase. Esto supone una gran ventaja en comparación con los ordenadores que también se utilizan a menudo en el aula. Con la pizarra digital, el alumno también se sitúa delante de ella y trabaja en ella mientras sus compañeros de clase o profesor le observan.